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Encarga Cristo a su Madre, este es uno de sus legados!

Juan 19:25 Y estaban junto á la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. Juan 19:26 Y como vió Jesús á la madre, y al discípulo que él amaba, que estaba presente, dice á su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Juan 19:27 Después dice al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió consigo.

Si tu dices ser discipulo de Cristo, tambien Maria es tu madre!

Los seguidores de Cristo somos libres!

Juan 8:32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Juan 8:36 Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.

1 Corintios 7:22 Porque el que fue llamado por el Señor siendo esclavo, liberto es del Señor; de la misma manera, el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo.

1 Corintios 8:9 Mas tened cuidado, no sea que esta vuestra libertad de alguna manera se convierta en piedra de tropiezo para el débil.

1 Corintios 9:19 Porque aunque soy libre de todos, de todos me he hecho esclavo para ganar al mayor número posible.

2 Corintios 3:17 Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad.

Gálatas 2:4 Y esto fue por causa de los falsos hermanos introducidos secretamente, que se habían infiltrado para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús, a fin de someternos a esclavitud,

Gálatas 5:1 Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes, y no os sometáis otra vez al yugo de esclavitud.

Gálatas 5:13 Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; sólo que no uséis la libertad como pretexto para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.

1 Pedro 2:16 Andad como libres, pero no uséis la libertad como pretexto para la maldad, sino empleadla como siervos de Dios.

Romanos 6:18 y habiendo sido libertados del pecado, os habéis hecho siervos de la justicia.

Romanos 6:22 Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna.

Romanos 8:2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.

Santiago 1:25 Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, éste será bienaventurado en lo que hace

Carne vs Espiritu

Gálatas 5

1 ESTAD, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no volváis otra vez á ser presos en el yugo de servidumbre. 2 He aquí yo Pablo os digo, que si os circuncidareis, Cristo no os aprovechará nada. 3 Y otra vez vuelvo á protestar á todo hombre que se circuncidare, que está obligado á hacer toda la ley. 4 Vacíos sois de Cristo los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. 5 Porque nosotros por el Espíritu esperamos la esperanza de la justicia por la fe. 6 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión; sino la fe que obra por la caridad.

13 Porque vosotros, hermanos, á libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión á la carne, sino servíos por amor los unos á los otros. 14 Porque toda la ley en aquesta sola palabra se cumple: Amarás á tu prójimo como á ti mismo.

16 Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne. 17 Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne: y estas cosas se oponen la una á la otra, para que no hagáis lo que quisieres. 18 Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, 20 Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22 Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, 23 Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley. 24 Porque los que son de Cristo, han crucificado la carne con los afectos y concupiscencias.

25 Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu. 26 No seamos codiciosos de vana gloria, irritando los unos á los otros, envidiándose los unos á los otros.

1 ¿IGNORAIS, hermanos, (porque hablo con los que saben la ley) que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que vive? 2 Porque la mujer que está sujeta á marido, mientras el marido vive está obligada á la ley; mas muerto el marido, libre es de la ley del marido. 3 Así que, viviendo el marido, se llamará adúltera si fuere de otro varón; mas si su marido muriere, es libre de la ley; de tal manera que no será adúltera si fuere de otro marido.

4 Así también vosotros, hermanos míos, estáis muertos á la ley por el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, á saber, del que resucitó de los muertos, á fin de que fructifiquemos á Dios. 5 Porque mientras estábamos en la carne, los afectos de los pecados que eran por la ley, obraban en nuestros miembros fructificando para muerte. 6 Mas ahora estamos libres de la ley, habiendo muerto á aquella en la cual estábamos detenidos, para que sirvamos en novedad de espíritu, y no en vejez de letra.

14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido á sujeción del pecado. 15 Porque lo que hago, no lo entiendo; ni lo que quiero, hago; antes lo que aborrezco, aquello hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17 De manera que ya no obro aquello, sino el pecado que mora en mí. 18 Y yo sé que en mí (es á saber, en mi carne) no mora el bien: porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo. 19 Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí.

21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios: 23 Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo á la ley del pecado que está en mis miembros. 24 Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte? 25 Gracias doy á Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo á la ley de Dios, mas con la carne á la ley del pecado.

David come los panes

El mismo Señor Jesús refirió a este capitulo cuando los fariseos le acusaban de quebrar el día de sábado Marcos 2:25  “Y él les dijo: ¿Nunca leísteis qué hizo David cuando tuvo necesidad, y tuvo hambre, él y los que con él estaban: Cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiathar (otro nombre de Ahimelech) sumo pontífice, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino á los sacerdotes, y aun dió á los que con él estaban?”  Este dicho es una condenación a los que quieren seguir reglas y mandamientos.  ¿Era de Dios mantener la regla acerca de los panes de proposición, y dejar ir hambriento su rey ungido?  Seguro que no era, porque de otro modo el Señor Jesús no hubiera usado este ejemplo.  Además el Señor estaba mostrando que el cristianismo era una cosa nueva, sobre el cual el sábado no tenía ya señorío.  “También les dijo: El sábado por causa del hombre es hecho; no el hombre por causa del sábado.”  El hombre en su legalismo corrompe toda cosa de Dios.

Para entender lo que hizo David cuando tuvo necesidad y entró en la casa de Dios hay que viajar al Antiguo Testamento y leer los capítulos 21  y 22 del primer Libro de Samuel.  Después que David derrotó a Goliat Dios le dio gracia al joven delante del pueblo, hecho que incitó la envidia de parte del rey Saúl.  Luego de una serie de amenazas e intentos de asesinato de parte de Saúl, David entendió que no le quedaba otro recurso que huir del rey, a pesar de que Jonathan, hijo de Saúl, le había asegurado su amistad.

En su escape David corrió hacia el pueblo de Nob donde vivían los sacerdotes, y donde se encontraba el tabernáculo instrumento principal del culto y la adoración israelita.  Durante tres días David anduvo huyendo errante sin descanso y sin alimentos.  Para este tiempo David tenía veinte años.  Aquí se inició el exilio de David.

David dejó atrás a su familia en Belén, a su esposa Mical y a su amigo Jonathan en Gilgal.  David bajó sólo, únicamente con la ropa que tenía encima.  Ni siquiera pudo tomar sus armas.  Al agotamiento físico  de correr sin comer ni dormir, se unía el acoso emocional de la preocupación, el temor y la incertidumbre.

San Mateo

San Mateo

También conocido como Leví

Fiesta: 21 de septiembre

Etim.: Del griego, mathhaios; del arameo, mattai, es una forma corta del hebreo, mattanyah, que significa “regalo de Yahvé”.

Ver también: 12 Apóstoles

Uno de los doce Apóstoles y autor del primer Evangelio.

Su símbolo: hombre con alas >>>

Patrón de banqueros, contadores y fuerzas de seguridad.

Nació en Cafarnaún, y, cuando Jesús lo llamó, ejercía el oficio de recaudador de impuestos. Escribió el evangelio en lengua aramea y, según la tradición, predicó en Oriente.

Jesús lo vio y, porque lo amó, lo eligió – San Beda

San Mateo es llamado por dos Evangelistas: Levi, ambos nombres son de origen Judíos. El último lo obtuvo antes de su conversión, el otro lo tomo después, para mostrar la renuncia a su profesión y que era un hombre nuevo. Hijo de Alfeo, vivió en Cafarnaun, en el lago de Galilea.

Fue por profesión un publicano, o colector de impuestos para los Romanos. Entre los Judíos, estos publicanos fueron mas infames y odiosos porque esta nación los miraba como enemigos de su privilegio de libertad natural que Dios les había dado, y como personas manchadas por su conversación frecuente y asociación con los paganos, y la esclavización sobre sus compatriotas. Los Judíos los aborrecían universalmente, veían sus propiedades o dinero como fortunas de ladrones , les prohibieron su comunión y participación en su actividades religiosas, al igual que de todos eventos de la sociedad cívica y de comercio. Tertuliano esta ciertamente equivocado cuando afirma que solo los gentiles fueron empleados en este oficio sórdido como San Jerónimo demuestra en varios pasajes de los evangelios. Y es cierto que San Mateo fue Judío, aunque un publicano.

Su oficio dice haber consistido particularmente en acumular costumbres de comodidades que vinieron por el Genesareth o Tiberias, y un peaje que los pasajeros pagaban al venir por agua; San Marco dice que San Mateo mantuvo su oficio de cobro de peaje alado del lago, donde el se sentaba. Jesús, habiendo últimamente curado un paralítico famoso, salio de Cafarnaúm, y camino sobre los bancos del lago o mar de Genesareth, enseñando las personas que le seguían. Aquí el observó a Mateo que realizaba su trabajo de cobro de peaje a quien el llamo a venir y a seguirle. El hombre era rico, disfrutaba de un sueldo lucrativo, era un hombre sabio y prudente, y entendía perfectamente lo que seguir a Jesús le costaría. Pero el no tuvo miramientos y dejo todos sus intereses y relaciones para hacerse un discipular del Señor. No sabemos si el ya estaba relacionado con la persona o doctrina de nuestro Salvador, especialmente como estaba cerca de Cafarnaúm, y su casa parece haber sido en la ciudad, donde Cristo había vivido por algún tiempo, había predicado y hechos muchos milagros, por lo cual el estaba en algún medido preparando a recibir la impresión que el llamado de Jesús había hecho sobre el.

San Jerónimo dice que un cierto aire de majestad brillaron en la continencia de Nuestro Divino Redentor, y traspaso su alma y lo atrajo fuertemente. Este apóstol, a la primera invitación, rompió todas ataduras; dejo sus riquezas, su familia, su preocupaciones del mundo, sus placeres, y su profesión. Su conversión fue sincera y perfecta. San Mateo nunca regreso a su oficio porque era una profesión peligrosa, y una ocasión de avaricia, opresión, y extorsión. San Mateo, al convertirse, para mostrar que no estaba descontento con su cambio, pero que lo miraba como su mas gran felicidad, entretuvo a Nuestro Señor y sus discípulos en una gran comida en su casa a donde invito sus amigos, especialmente los de su ultima profesión, como si esperaba que por medio de la divina conversación de Nuestro Salvador, ellos también quizás sean convertidos.

Después de la ascensión de Nuestro Señor, San Mateo predicó por varios años en Judea y en los países cercanos hasta la dispersión de los apóstoles. Un poco antes de la dispersión escribió su evangelio, o pequeña historia de Nuestro Bendito Redentor. Que la compilo antes de su dispersión aparece no solo porque fue escrito antes de los otros evangelios, sino también el Apóstol Bartolomé se llevo una copia con el a la India, y la dejo allí. San Mateo escribo su evangelio para satisfacer los conversos de Palestina. El Evangelio de San Mateo desciende a un detalle mas particular y completo en las acciones de Cristo que los otros tres, pero desde el Capitulo V al XIV el frecuentemente se distingue de los otros en la serie de su narrativos, ignorando el orden del tiempo, para que esas instrucciones que tienen mas afinidad una con la otra, estén relacionadas juntas. Este evangelista mas bien enfoca sobre las lecciones de moralidad de Nuestro Salvador, y describe su temporal o generación humana, en que las promesas hechas a Abraham y David respecto al nacimiento del Mesías de su semilla fueron realizados; tal argumento inducía de manera particular a los Judíos para que creyeran en el.

San Mateo, después de haber hecho una gran cosecha de almas en Judea, fue a predicar la fe a las naciones barbaras e incivilizadas del Este. El era una persona muy devota a la contemplación celestial y llevaba una vida austera, usando una dieta muy rigurosa; pues no comía carne en vez satisfacía su apetito con hierbas, raíces, semillas. San Ambrosio dice que Dios le abrió el País de los Persas. Rufinus y Sócrates nos dicen que el llevo el evangelio a Etiopía, significando probablemente las partes Sur y Este de Asia. San Paulino menciona que el terminó su curso en Parthia. Venantus Fortunatus relata que el sufrió el martirio en Nudubaz, una ciudad en esas partes. Dorotheus dice que el fue honorablemente enterrado en Hierapolis en Porthia. Sus reliquias fueron traídas al Oeste, Papa Gregorio VII, en una carta al Obispo de Salerno en 1080, testifica que fueron guardados en una iglesia que tenia el nombre de la ciudad. Todavía están en este lugar.

Predicó entre los judíos por 15 años, incluyendo posiblemente a los judíos de Etiopía, Africa. Murió mártir.

Fuente Bibliográfica: Vidas de los Santos de Butler, Vol. III.

Escudriñad las Escrituras

“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39). Cada día de reposo (cada sábado) los judíos asistían a la sinagoga para escudriñar las Escrituras. Fielmente leían los libros de la ley de Moisés, los profetas y los salmos, y al hacerlo esperaban recibir la vida eterna.

Pero lamentablemente no buscaban a Cristo. No buscaban la verdad. “Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos, pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará” (2 Corintios 3:15, 16). ¿Por qué había velo sobre su corazón? Porque al leer las Escrituras ya tenían sus propios pensamientos acerca del Mesías. Esperaban otro rey como David que vendría para quitar el yugo de Roma y para exaltar a Israel entre las naciones del mundo.

Por eso, no entendían que el Mesías, el Hijo de David, vendría para morir en una cruz romana para quitar los pecados del mundo, y a consecuencia de esa idea preconcebida, ellos rechazaron a Jesús de Nazaret. De hecho, “los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes, no conociendo a Jesús, ni las palabras de los profetas que se leen todos los días de reposo, las cumplieron al condenarle” (Hechos 13:27).

Pero hoy en día muchos cometen el mismo error, es decir, llegan al estudio bíblico con ideas preconcebidas. Escudriñan las Escrituras, pero lo hacen después de comprometerse a cierta religión o creencia y, por eso, al leer la Biblia tienen un velo puesto sobre el corazón que no les permite entender el evangelio, el verdadero plan de salvación, la naturaleza del reino, y muchos otros temas relacionados con estos.

Al escudriñar las Escrituras tales personas buscan textos de prueba. Habiendo aceptado la doctrina de cierta religión, ya no escudriñan las Escrituras como niños dóciles para aprender la verdad, sino como representantes de su religión que están resueltos y obligados a probar que las doctrinas de su iglesia son bíblicas.

Jesús dijo a los judíos, “y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40). Ellos esperaban la vida eterna, pero sin Cristo, el Autor de la vida. Así también hoy en día muchos esperan la vida eterna sin aceptar el evangelio verdadero de Cristo, y sin ser miembros del cuerpo de Cristo, su iglesia que compró con su preciosa sangre (Efesios 1:22, 23; Hechos 20:28).

Seamos, pues, como los de Berea: “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). ¿Puede cada persona hacer esto? Claro que sí. No solamente puede hacerlo, sino que debe hacerlo, porque “cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” (Romanos 14:12). Si ningún otro puede responder por nosotros en el juicio del Día Final, conviene que cada uno escudriñe las Escrituras por sí mismo. “Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21).

“Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:2, 3). Con esta comparación Jesús nos enseña la necesidad de que humildemente nos sometamos a su voluntad, en lugar de escudriñar las Escrituras para justificarnos en el error.

Jesús dice, “Buscad, y hallaréis” (Mateo 7:7), pero para encontrar los verdaderos tesoros de su gracia, es necesario buscar con sinceridad.